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Roma

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Durante la Edad Media, Roma vivió un periodo de transformación profunda tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476. La ciudad, antaño capital de un vasto imperio, entró en una etapa de decadencia política y económica, marcada por la despoblación y el deterioro de sus monumentos clásicos. Sin embargo, Roma mantuvo su relevancia gracias al poder espiritual del Papado, que convirtió a la ciudad en el centro de la cristiandad. A lo largo del medievo, los papas no solo ejercieron influencia religiosa, sino también política, enfrentándose a emperadores y nobles por el control de la ciudad. En los siglos XI y XII surgieron luchas entre familias aristocráticas rivales, como los Colonna y los Orsini, que fragmentaron la vida urbana. Pese a ello, Roma conservó su prestigio como lugar de peregrinación, especialmente por las basílicas y reliquias cristianas, lo que revitalizó parcialmente su economía. Hacia finales de la Edad Media, la ciudad inició un proceso de renovación que preparó el terreno para el esplendor del Renacimiento.

Socan  (2019). Escudo de Roma. [Imagen]. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47830750

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